Los esguinces de tobillo se encuentran entre las lesiones más comunes que afectan al sistema musculoesquelético, especialmente en las actividades deportivas, donde representan aproximadamente del 15 al 20% de todas las lesiones.
El mecanismo típico de lesión implica una combinación de torsión y flexión del pie hacia adentro, conocida como inversión y aducción, mientras el pie apunta hacia abajo (flexión plantar). Este movimiento puede causar daño a los ligamentos en el lado externo del tobillo. Cuando se lesiona el ligamento talofibular anterior mientras los ligamentos internos permanecen intactos, puede provocar inestabilidad con tendencia a que el tobillo gire hacia afuera (inestabilidad rotatoria anterolateral). Si el ligamento calcaneofibular también está dañado, puede provocar la inclinación del astrágalo (inclinación del astrágalo).
Los esguinces de ligamentos de tobillo a menudo se clasifican según su gravedad. El grado I implica un estiramiento leve de los ligamentos sin desgarros significativos ni inestabilidad articular. El grado II indica un desgarro parcial del ligamento, lo que provoca dolor moderado, hinchazón y cierto nivel de inestabilidad. Los pacientes pueden tener dificultad para soportar peso. El grado III es el más grave, con una rotura completa del ligamento, que causa dolor, hinchazón y hematomas marcados. En las lesiones de grado III, hay un deterioro significativo de la función e inestabilidad.
El proceso de curación de las lesiones de ligamentos suele producirse en tres fases: la fase inflamatoria (que dura hasta 10 días después de la lesión), la fase de proliferación (que se produce entre la 4ª y la 8ª semana) y la fase de remodelación o maduración (que dura hasta 1 año después de la lesión). Sin embargo, la duración de cada fase puede variar de una persona a otra.
Hay varias opciones de tratamiento disponibles para los esguinces de tobillo, incluida la cirugía, la inmovilización con yesos o aparatos ortopédicos y tratamientos funcionales como vendajes o aparatos ortopédicos combinados con entrenamiento de equilibrio. En la actualidad, los profesionales sanitarios suelen recomendar enfoques no quirúrgicos para el tratamiento de los esguinces laterales de tobillo.
Sin embargo, numerosos estudios han revelado que los esguinces de tobillo son más importantes de lo que comúnmente se supone, ya que muchos pacientes experimentan problemas continuos después de la lesión. Estos problemas incluyen dolor persistente, hinchazón recurrente e inestabilidad duradera. Además, la evidencia sugiere que los atletas enfrentan el doble de riesgo de sufrir otro esguince de tobillo dentro de un año después de la lesión inicial. Sorprendentemente, la investigación de Malliaropoulos indica que incluso los esguinces de tobillo leves presentan un mayor riesgo de volver a lesionarse en comparación con los esguinces graves.
La frecuente falta de éxito en el tratamiento de los esguinces de tobillo puede deberse a lesiones asociadas que se pasan por alto, como daños en la sindesmosis o el cartílago. Otro factor podría ser un tratamiento inadecuado teniendo en cuenta la gravedad de la lesión y sus etapas de curación.
Para determinar el abordaje terapéutico más adecuado, se realizó una revisión exhaustiva de la literatura publicada en la última década. El objetivo de esta revisión fue abordar las siguientes cuestiones:
- ¿Hay evidencia que respalde el tratamiento quirúrgico o no quirúrgico para los esguinces agudos de tobillo?
- ¿Es más efectivo el tratamiento funcional o la inmovilización?
- ¿Qué tipo de estabilización externa es la más eficaz para tratar los esguinces agudos de tobillo?
- ¿Hay evidencia que respalde el entrenamiento neuromuscular para rehabilitar los esguinces agudos de tobillo?
- ¿Existe evidencia que respalde el entrenamiento neuromuscular para prevenir los esguinces de tobillo?
- ¿Qué papel juega el aparato ortopédico profiláctico en la prevención del esguince de tobillo?
Discusión