Escisión de la deformidad de Haglund

La deformidad de Haglund es una afección que causa dolor en la parte posterior del talón, a menudo debido a una protuberancia ósea en el calcáneo (hueso del talón). Esta deformidad puede provocar inflamación de la bursa (una bolsa llena de líquido cerca del tendón) y tendinosis aquilea (degeneración del tendón de Aquiles), conocidas colectivamente como síndrome de Haglund o «tríada de Haglund.»

¿Qué es la deformidad de Haglund?

La deformidad de Haglund se produce cuando se desarrolla un agrandamiento óseo en la parte posterior del talón, a menudo cerca de la inserción del tendón de Aquiles. Esta afección es frecuente en personas que llevan calzado rígido o realizan actividades de alto impacto. Puede causar molestias en el talón y, en ocasiones, el dolor puede empeorar con el movimiento o con determinados zapatos. La prominencia ósea puede presionar la bursa, causando bursitis retrocalcánea, una dolorosa inflamación de la bursa.

Síntomas y diagnóstico

Las personas con deformidad de Haglund suelen experimentar dolor en la parte posterior del talón, sobre todo cuando se ponen de puntillas, llevan zapatos rígidos o caminan sobre superficies duras. La piel del talón puede enrojecerse e hincharse. Los médicos suelen diagnosticar la deformidad de Haglund mediante exploración física y técnicas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, para evaluar el alcance de la deformidad y cualquier daño en el tendón de Aquiles o la bursa.

Tratamiento no quirúrgico

Antes de considerar la cirugía, los médicos suelen probar tratamientos conservadores. Estos pueden incluir:

Reposo: Reducir la actividad para evitar una mayor irritación del talón.
Fisioterapia: Ejercicios para fortalecer los músculos de la pantorrilla y estirar el tendón de Aquiles.
Dispositivos ortopédicos: Plantillas especiales para amortiguar el talón y aliviar la presión.
Alivio del dolor: Medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o inyecciones de esteroides para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Estos métodos ayudan a muchas personas a encontrar alivio, pero cuando el dolor persiste durante meses o afecta significativamente a las actividades diarias, puede ser necesaria la cirugía.

Opciones de tratamiento quirúrgico

Cuando fracasan los tratamientos conservadores, el siguiente paso suele ser la cirugía. El objetivo de la cirugía es eliminar la prominencia ósea (exostosis calcánea), aliviar la presión sobre la bursa y reparar cualquier daño en el tendón de Aquiles. Existen diferentes enfoques para la cirugía, dependiendo de la gravedad de la afección.

1. Cirugía abierta
La cirugía abierta consiste en realizar una incisión en la piel para acceder al talón. A través de esta incisión, el cirujano extrae la prominencia ósea, extirpa la bursa y puede reparar o desbridar (limpiar) el tendón de Aquiles. Tras la intervención, el paciente suele llevar una escayola o bota durante varias semanas para permitir que el tendón y el hueso cicatricen. A menudo se recomienda fisioterapia para recuperar el movimiento y la fuerza.

2. Cirugía endoscópica
La cirugía endoscópica, un procedimiento mínimamente invasivo, consiste en realizar pequeñas incisiones y utilizar una cámara (artroscopio) para guiar al cirujano. Este método ofrece varias ventajas sobre la cirugía abierta, como cicatrices más pequeñas, menos dolor tras la intervención y tiempos de recuperación más rápidos. Sin embargo, requiere un alto nivel de habilidad y precisión.

Resultados quirúrgicos

Tanto la cirugía abierta como la endoscópica son muy eficaces en el tratamiento de la deformidad de Haglund. La mayoría de los pacientes experimentan un alivio significativo del dolor y una mejora funcional tras la intervención. Los estudios demuestran que la mayoría de los pacientes se muestran satisfechos con los resultados, y muchos vuelven a sus actividades y deportes habituales en pocos meses. Sin embargo, como en cualquier intervención quirúrgica, existen riesgos, como infecciones, lesiones nerviosas o reaparición de los síntomas.

Cuidados postoperatorios y recuperación

Tras la intervención, los pacientes deben seguir unas pautas específicas para garantizar una cicatrización adecuada:

Inmovilización: Durante unas semanas, el pie se mantiene enyesado o con una férula para limitar el movimiento y proteger la zona quirúrgica.
Carga gradual: Al principio, se aconseja a los pacientes que no apoyen peso en el pie. A medida que progresa la curación, pueden reanudar gradualmente la marcha y, finalmente, volver a las actividades normales.
Fisioterapia: Una vez que se retira la escayola, los pacientes trabajan con un fisioterapeuta para fortalecer el tendón de Aquiles, mejorar la flexibilidad y restablecer los patrones normales de marcha.
Los plazos de recuperación varían, pero la mayoría de las personas pueden volver a realizar actividades ligeras en un plazo de 6 a 12 semanas y reanudar todas sus actividades, incluidas las deportivas, en un plazo de 3 a 6 meses.

Conclusión

La deformidad de Haglund es una afección dolorosa que puede afectar significativamente a la calidad de vida. Cuando fracasan los tratamientos no quirúrgicos, la cirugía ofrece una solución muy eficaz. Tanto la cirugía abierta como la endoscópica son seguras y dan excelentes resultados, ya que la mayoría de los pacientes afirman que alivian el dolor y mejoran su función. Si experimenta un dolor persistente en el talón, es importante que consulte a un especialista ortopédico para determinar el mejor curso de acción para su situación.

 

¿Tiene más preguntas?

Q. ¿Qué es la deformidad de Haglund?
A. La deformidad de Haglund es un agrandamiento óseo que se forma en la parte posterior del talón, a menudo en el punto de inserción del tendón de Aquiles. Puede causar inflamación de la bursa y tendinosis del tendón de Aquiles, lo que provoca dolor y molestias.

Q. ¿Cómo se diagnostica la deformidad de Haglund?
A. El diagnóstico suele realizarse mediante exploración física, con técnicas de imagen como radiografías o resonancias magnéticas para evaluar el alcance de la deformidad y comprobar si hay daños en el tendón de Aquiles o la bursa.

Q. ¿Cuáles son las opciones de tratamiento para la deformidad de Haglund?
A. Los tratamientos no quirúrgicos incluyen reposo, fisioterapia, plantillas ortopédicas a medida y medicación analgésica. Si fracasan los tratamientos conservadores, puede recomendarse la cirugía para extirpar la prominencia ósea y reparar el tendón de Aquiles.

Q. ¿Cuál es la diferencia entre la cirugía abierta y la endoscópica para la deformidad de Haglund?
A. La cirugía abierta implica una incisión más grande para acceder directamente al talón, mientras que la cirugía endoscópica es mínimamente invasiva, utilizando incisiones más pequeñas y una cámara para guiar el procedimiento, lo que resulta en una recuperación más rápida y cicatrices más pequeñas.

Q. ¿Cuáles son los beneficios de la cirugía para la deformidad de Haglund?
A. La cirugía alivia el dolor, restablece la función del pie y corrige la deformidad. La mayoría de los pacientes experimentan mejoras significativas, y muchos vuelven a sus actividades y deportes habituales en pocos meses.

Q. ¿Cuál es el tiempo de recuperación después de la cirugía de la deformidad de Haglund?
A. La recuperación suele durar de 6 a 12 semanas para actividades ligeras, y la mayoría de los pacientes pueden reanudar sus actividades plenas, incluidos los deportes, en un plazo de 3 a 6 meses, dependiendo del tipo de cirugía y de la cicatrización individual.

Q. ¿Existe algún riesgo en la cirugía de la deformidad de Haglund?
A. Los riesgos potenciales incluyen infección, daño nervioso y recurrencia de los síntomas. Sin embargo, estas complicaciones son poco frecuentes y, con los cuidados adecuados, la cirugía suele ser muy eficaz para proporcionar alivio a largo plazo.

Q. ¿Cuánto tiempo se tarda en realizar una intervención quirúrgica para la deformidad de Haglund?
A. La intervención suele durar entre 1 y 2 horas, dependiendo de la complejidad de la deformidad y de si se necesita algún procedimiento adicional, como la reparación del tendón.

Q. ¿Necesitaré llevar una escayola después de la operación de la deformidad de Haglund?
A. Sí, la mayoría de los pacientes tendrán que llevar una escayola o una bota para caminar durante varias semanas después de la intervención para proteger el talón y garantizar la correcta cicatrización del tendón y el hueso.

Q. ¿Es necesaria la fisioterapia después de la cirugía de la deformidad de Haglund?
A. Sí, la fisioterapia suele recomendarse para ayudar a recuperar la fuerza, la flexibilidad y la movilidad del pie y el tobillo, así como para promover una curación adecuada y prevenir la rigidez.

Q. ¿Puede reaparecer la deformidad de Haglund después de la cirugía?
A. Aunque la recurrencia es rara, es posible que la deformidad de Haglund reaparezca si no se aborda la causa subyacente de la afección o si no se sigue la rehabilitación adecuadamente.

Q. ¿Cuáles son los signos de que la cirugía de la deformidad de Haglund ha tenido éxito?
A. El éxito suele estar indicado por la reducción del dolor, la mejora de la amplitud de movimiento y la capacidad de reanudar las actividades normales sin molestias. Las citas de seguimiento evaluarán la curación y el progreso de la recuperación.

Q. ¿Se puede operar la deformidad de Haglund en los dos pies al mismo tiempo?
A. Aunque es posible realizar la cirugía en ambos pies al mismo tiempo, normalmente se realiza en un pie cada vez para permitir una cicatrización adecuada y minimizar el riesgo de complicaciones.

Q. ¿Existe algún tratamiento no quirúrgico para la deformidad de Haglund?
A. Sí, los tratamientos no quirúrgicos incluyen reposo, hielo, antiinflamatorios, ejercicios de estiramiento, plantillas ortopédicas a medida y el uso de taloneras o almohadillas para reducir la presión sobre la deformidad.

Q. ¿Es permanente la cirugía para la deformidad de Haglund?
A. La cirugía suele considerarse una solución permanente para eliminar la prominencia ósea y aliviar el dolor. Sin embargo, los pacientes deben seguir una rehabilitación adecuada para garantizar resultados a largo plazo y evitar recidivas.

Dr. Mo Athar
Dr. Mo Athar
A seasoned orthopedic surgeon and foot and ankle specialist, Dr. Mohammad Athar welcomes patients at the offices of Complete Orthopedics in Queens / Long Island. Fellowship trained in both hip and knee reconstruction, Dr. Athar has extensive expertise in both total hip replacements and total knee replacements for arthritis of the hip and knee, respectively. As an orthopedic surgeon, he also performs surgery to treat meniscal tears, cartilage injuries, and fractures. He is certified for robotics assisted hip and knee replacements, and well versed in cutting-edge cartilage replacement techniques.
In addition, Dr. Athar is a fellowship-trained foot and ankle specialist, which has allowed him to accrue a vast experience in foot and ankle surgery, including ankle replacement, new cartilage replacement techniques, and minimally invasive foot surgery. In this role, he performs surgery to treat ankle arthritis, foot deformity, bunions, diabetic foot complications, toe deformity, and fractures of the lower extremities. Dr. Athar is adept at non-surgical treatment of musculoskeletal conditions in the upper and lower extremities such as braces, medication, orthotics, or injections to treat the above-mentioned conditions.