Deformidad del dedo en garra: Comprensión, causas y tratamientos
Introducción
El dedo en garra es una deformidad dolorosa de los dedos menores que afecta significativamente a la mecánica del pie. Se observa con frecuencia en la población adulta, especialmente entre las personas mayores, y puede afectar a uno o más dedos, siendo el segundo el más afectado. A menudo se caracteriza por hiperextensión en la articulación metatarsofalángica (MTPJ) combinada con flexión en las articulaciones interfalángicas proximal y distal. Esta afección puede causar dolor, dificultad para caminar y una reducción de la calidad de vida. En esta página encontrará información detallada sobre el dedo en garra, sus causas y las distintas opciones de tratamiento, tanto quirúrgicas como no quirúrgicas.
¿Qué es el dedo en garra?
El dedo en garra es una deformidad de los dedos del pie, en la que la articulación temporomandibular se hiperextiende, mientras que las articulaciones falángicas proximal y distal se flexionan. A diferencia de los dedos en martillo, en los que la articulación distal está extendida, o de los dedos en maza, en los que la articulación distal permanece flexionada, los dedos en garra se distinguen por este particular patrón de movimiento articular. Esta deformidad puede causar importantes molestias, sobre todo debido a la fricción entre las articulaciones de los dedos afectados y el calzado, lo que con el tiempo provoca la formación de callosidades o incluso úlceras.
Causas del dedo en garra
El dedo en garra puede deberse a varios factores, como deformidades congénitas, enfermedades neurológicas y diversas afecciones musculoesqueléticas. Las causas más frecuentes son:
- Trastornos neurológicos como parálisis cerebral, apoplejÃa o diabetes
- Desequilibrios musculares que empujan el dedo del pie hacia una posición deformada
- Hallux valgus (juanetes) o pie cavo
- Zapatos de tacón alto o calzado mal ajustado
- Metatarsos excesivamente largos
La combinación de estos factores da lugar a una postura anormal de los dedos del pie, que provoca problemas tanto funcionales como estéticos. Es importante destacar que el dedo en garra es más frecuente en las mujeres, posiblemente debido al mayor uso de zapatos de tacón alto.
SÃntomas del dedo en garra
El sÃntoma principal del dedo en garra es el dolor, que suele sentirse en las puntas o en la parte dorsal (superior) de los dedos. La fricción causada por el roce de los zapatos contra los dedos deformados puede provocar callosidades dolorosas o llagas abiertas. Otros sÃntomas pueden ser:
- Incapacidad para mover correctamente los dedos afectados
- Molestias al caminar
- Aparición de callos, durezas o llagas en la parte superior o en la punta de los dedos de los pies.
Opciones de tratamiento para el dedo en garra
Tratamientos no quirúrgicos
En las primeras fases del dedo en garra, las opciones de tratamiento conservador pueden ayudar a aliviar los sÃntomas y evitar una mayor deformidad. Estas opciones incluyen:
- Calzado adecuado: Los zapatos con punteras anchas y tacones bajos pueden reducir la presión sobre los dedos, proporcionando comodidad y evitando un mayor empeoramiento de la deformidad.
- Plantillas ortopédicas: Las plantillas hechas a medida pueden ayudar a mejorar la alineación del pie y distribuir la presión de forma más uniforme.
- Esparadrapo o cinta adhesiva: El uso de esparadrapo para mantener los dedos de los pies en una posición más natural puede ayudar a controlar las molestias.
- Inyecciones de toxina botulÃnica: En algunos casos, se puede inyectar toxina botulÃnica (Botox) en los músculos afectados para relajarlos, reduciendo la gravedad de la deformidad.
Procedimientos quirúrgicos
Cuando los métodos no quirúrgicos fracasan o la deformidad causa importantes problemas de dolor y movilidad, puede ser necesaria la cirugÃa. Algunos de los procedimientos quirúrgicos habituales son:
- Artrodesis (fusión articular): Este procedimiento consiste en fusionar las articulaciones del dedo del pie para mantener su alineación recta, normalmente mediante agujas de Kirschner o implantes intramedulares. Aunque es eficaz, puede provocar rigidez articular.
- Transferencia de tendones: Esta técnica consiste en transferir tendones de una parte del pie a otra para mejorar la alineación de los dedos y reducir la deformidad. Aunque esto puede ayudar, no siempre resuelve la afección por completo.
- TenotomÃa: En este procedimiento se cortan los tendones tensos responsables de la deformidad de los dedos, lo que permite enderezarlos.
- Tenodesis de la placa plantar: Un método más reciente consiste en liberar la placa plantar y resecar la articulación interfalángica proximal (PIPJ), lo que ayuda a reducir la deformidad y mejorar la función del pie.
El impacto de la cirugÃa en la mecánica del pie
Aunque la cirugÃa puede aliviar el dolor y las molestias asociadas al dedo en garra, es importante tener en cuenta que la corrección quirúrgica no siempre restablece la mecánica natural del pie. Los cambios estructurales en el dedo pueden provocar problemas como una distribución alterada de la presión plantar e inestabilidad. Esto puede afectar a la marcha y el equilibrio en general, aumentando potencialmente el riesgo de caÃdas, sobre todo en pacientes de edad avanzada.
Los estudios han demostrado que, aunque el tratamiento quirúrgico puede mejorar la alineación de los dedos, a menudo no restablece por completo la biomecánica normal del pie. Son necesarias más investigaciones para comprender los efectos a largo plazo de la corrección quirúrgica sobre la mecánica del pie, la distribución de la presión plantar y la estabilidad de la marcha.
Conclusión
El dedo en garra es una deformidad del pie frecuente, pero muy importante, que puede causar mucho dolor y molestias. Aunque existen diversos tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos, todavÃa no hay un procedimiento óptimo que garantice una corrección completa. Los pacientes que sufren esta afección deben buscar asesoramiento profesional para elegir el tratamiento más adecuado en función de la gravedad de la deformidad, su estado de salud general y el impacto en su vida diaria.

Dr. Mo Athar