Lesiones del complejo de Lisfranc

Comprender las lesiones del complejo de Lisfranc: Una guía completa

Las lesiones de Lisfranc hacen referencia a un espectro de traumatismos que afectan al mediopié y a las articulaciones tarsometatarsianas (TMT), desde esguinces ligamentosos hasta fracturas y luxacionesmás graves. Estas lesiones suelen pasarse por alto o diagnosticarse erróneamente, sobre todo en casos de traumatismos de baja energía. Si no se tratan o se tratan de forma inadecuada, las lesiones de Lisfranc pueden provocar dolor crónico, artrosis postraumática y discapacidad permanente. En este artículo se analizan en profundidad las lesiones de Lisfranc, su anatomía, los mecanismos de lesión, el diagnóstico, las opciones de tratamiento y los posibles resultados.

Anatomía de la articulación de Lisfranc

El complejo articular de Lisfranc está formado por los tres huesos cuneiformes (C1-C3) y el hueso cuboides (Cu) en la parte proximal, junto con las cinco bases metatarsianas (M1-M5) en la parte distal. Estos huesos están conectados por una cápsula ligamentosa, formando una estructura compleja que proporciona estabilidad al mediopié. La articulación está dividida en tres columnas longitudinales:

  1. Columna medial – Compuesta por el primer cuneiforme (C1) y el primer metatarsiano (M1).
  2. Columna central – Afecta a la segunda y tercera cuneiformes (C2, C3) junto con el segundo y tercer metatarsianos (M2, M3).
  3. Columna lateral – Compuesta por el cuboides (Cu) y el cuarto y quinto metatarsianos (M4, M5).

La estabilidad de la articulación de Lisfranc se atribuye en gran medida a la forma trapezoidal de las bases metatarsales, que forman un «arco transversal» (o arco romano) estable en el que la segunda articulación TMT actúa como piedra angular. Los ligamentos que rodean la articulación incluyen ligamentos dorsales, plantares e interóseos, siendo el ligamento de Lisfranc (ligamento interóseo) el más crítico para mantener la estabilidad.

Causas y mecanismos de lesión

Las lesiones de Lisfranc pueden deberse tanto a traumatismos directos como indirectos.

  • Los traumatismos directos suelen ser consecuencia de lesiones por aplastamiento o caídas de altura, que provocan graves daños en los tejidos blandos y un posible compromiso neurovascular.
  • Los traumatismos indirectos son más frecuentes en los deportistas y se producen cuando el pie se ve sometido a fuerzas excesivas de flexión, torsión o rotación. Esto suele provocar esguinces o fracturas de las articulaciones tarsometatarsianas.

Estas lesiones son frecuentes en actividades deportivas como el fútbol, la gimnasia y el atletismo, así como en caídas o accidentes de alto impacto.

Presentación clínica

Los pacientes con lesiones de Lisfranc suelen presentar hinchazón y dolor en la parte media del pie, sobre todo cuando realizan actividades en las que soportan peso. Un signo característico de la lesión de Lisfranc es la equimosis plantar (hematoma) en la planta del pie, que es muy indicativa de la afección. Los casos graves pueden presentar una deformidad visible, y el paciente puede ser incapaz de soportar peso sobre el pie afectado.

En los casos menos graves, los síntomas pueden ser más sutiles, lo que dificulta el diagnóstico. La prueba de la «llave de piano» y el «signo del hueco» son maniobras clínicas útiles para diagnosticar las lesiones de Lisfranc; el signo del hueco indica la separación entre el primer y el segundo metatarsianos.

Diagnóstico

El diagnóstico por imagen es crucial para diagnosticar las lesiones de Lisfranc:

  1. Radiografías: La herramienta de imagen de primera línea, que suele realizarse en tres proyecciones (anteroposterior, oblicua y lateral). Las radiografías ayudan a identificar desalineaciones entre los cuneiformes y los metatarsianos, desplazamientos o fracturas.
  2. Tomografía computarizada: Útil para detectar fracturas sutiles o desalineaciones articulares no visibles en las radiografías, especialmente en lesiones de alta energía.
  3. RESONANCIA MAGNÉTICA: El patrón oro para diagnosticar lesiones ligamentosas, como el daño en el ligamento de Lisfranc.

Clasificación de las lesiones de Lisfranc

Las lesiones de Lisfranc se clasifican en función de su gravedad y de las estructuras afectadas. La clasificación de Hardcastle (A, B, C) es la más utilizada:

  • Tipo A: Desplazamiento completo de todos los metatarsianos en una dirección.
  • Tipo B: Luxación parcial con uno o más metatarsianos desplazados.
  • Tipo C: Un patrón divergente de lesión que afecta a múltiples articulaciones TMT.

Más recientemente, Myerson y otros autores han perfeccionado estas clasificaciones para tener más en cuenta la complejidad de estas lesiones, especialmente en lo que respecta a la afectación ligamentosa y ósea.

Tratamiento de las lesiones de Lisfranc

El tratamiento de las lesiones de Lisfranc depende de la gravedad y el tipo de lesión.

Tratamiento no quirúrgico

Las lesiones estables, no desplazadas, pueden tratarse a menudo de forma conservadora con inmovilización en una escayola sin carga de peso durante 6 semanas. Si el dolor persiste, puede ser necesaria una inmovilización adicional con una órtesis que soporte el peso. La movilización precoz y la fisioterapia son esenciales para garantizar una recuperación completa y prevenir la discapacidad a largo plazo.

Tratamiento quirúrgico

La intervención quirúrgica es necesaria en las lesiones desplazadas o inestables para conseguir una reducción anatómica y restablecer la estabilidad articular. Existen varias opciones quirúrgicas, entre ellas:

  • Reducción abierta y fijación interna (ORIF): Enfoque quirúrgico habitual en el que se utilizan tornillos o placas para estabilizar los huesos.
  • Artrodesis primaria (AP): En casos graves, sobre todo cuando existe un daño articular importante, puede realizarse una fusión primaria de la articulación para prevenir la artritis y la deformidad a largo plazo.

La elección entre la ORIF y la AP depende de la naturaleza de la lesión, y la AP ofrece mejores resultados en pacientes con lesiones articulares graves.

Complicaciones

Las lesiones de Lisfranc no tratadas o tratadas de forma inadecuada pueden dar lugar a complicaciones graves:

  • Artritis postraumática: Un resultado frecuente, especialmente en los casos tratados con ORIF, en los que hasta el 94% de los pacientes pueden desarrollar artritis.
  • Inestabilidad articular: Si no se consigue una reducción anatómica, el pie puede permanecer inestable, lo que puede provocar una discapacidad a largo plazo.

Conclusión

Las lesiones de Lisfranc son complejas y su gravedad puede variar enormemente. El diagnóstico precoz y el tratamiento rápido son cruciales para minimizar la discapacidad a largo plazo y optimizar los resultados funcionales. Mientras que el tratamiento no quirúrgico es eficaz para las lesiones estables y no desplazadas, la intervención quirúrgica es necesaria en los casos más graves para restablecer la función del pie y evitar complicaciones. Comprender la anatomía, la clasificación y las opciones de tratamiento de las lesiones de Lisfranc es esencial para que los profesionales ortopédicos puedan tratar eficazmente estos casos tan complicados.

 

¿Tiene más preguntas?

Q. ¿Qué es una lesión de Lisfranc?
R. Una lesión de Lisfranc implica daños en el mediopié, que afectan a las articulaciones y ligamentos que estabilizan el arco del pie.

Q. ¿Cómo se producen las lesiones de Lisfranc?
R. Las lesiones de Lisfranc suelen producirse por torceduras, caídas o traumatismos directos en el pie, como la caída de un objeto pesado sobre él o un accidente de tráfico.

Q. ¿Cuáles son los síntomas de una lesión de Lisfranc?
R. Los síntomas incluyen dolor en la parte media del pie, hinchazón, incapacidad para soportar peso, hematomas en la planta del pie y, a veces, deformidad visible.

Q. ¿Cómo se diagnostica una lesión de Lisfranc?
R. El diagnóstico implica una exploración física, radiografías y, posiblemente, pruebas de imagen avanzadas como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas para evaluar el alcance de la lesión.

Q. ¿Por qué es importante no pasar por alto una lesión de Lisfranc?
R. Pasar por alto una lesión de Lisfranc puede provocar dolor crónico, deformidad y artritis, afectando significativamente a la función del pie.

Q. ¿Qué tratamientos no quirúrgicos existen para las lesiones de Lisfranc?
R. Las opciones de tratamiento no quirúrgico pueden incluir la inmovilización con una escayola o bota y la no carga de peso durante seis a ocho semanas si no hay desplazamiento.

Q. ¿Cuándo se recomienda la cirugía para las lesiones de Lisfranc?
R. La cirugía se recomienda cuando hay desplazamiento o inestabilidad en las articulaciones, que requieren realineación y estabilización.

Q. ¿Qué opciones quirúrgicas existen para las lesiones de Lisfranc?
R. Las opciones quirúrgicas incluyen la reducción abierta y la fijación interna mediante placas y tornillos, o la fusión primaria de las articulaciones si la lesión es grave.

Q. ¿Cómo es el proceso de recuperación tras una intervención quirúrgica de una lesión de Lisfranc?
R. La recuperación suele consistir en un periodo sin carga de peso, la reanudación gradual de las actividades con carga de peso y fisioterapia para recuperar la fuerza y la funcionalidad.

Q. ¿Cuáles son los resultados a largo plazo tras una lesión de Lisfranc?
R. Los resultados a largo plazo varían, pero pueden incluir dolor residual, rigidez y el posible desarrollo de artritis postraumática.

Q. ¿Las lesiones de Lisfranc pueden provocar artritis?
R. Sí, incluso con el tratamiento adecuado, las lesiones de Lisfranc pueden provocar artritis postraumática que requiere intervenciones adicionales.

Q. ¿Cómo se pueden prevenir las complicaciones tras una lesión de Lisfranc?
R. Un diagnóstico adecuado, un tratamiento oportuno y apropiado y el cumplimiento de los protocolos de rehabilitación posteriores al tratamiento son cruciales para prevenir las complicaciones.

 

Dr. Mo Athar
Dr. Mo Athar
A seasoned orthopedic surgeon and foot and ankle specialist, Dr. Mohammad Athar welcomes patients at the offices of Complete Orthopedics in Queens / Long Island. Fellowship trained in both hip and knee reconstruction, Dr. Athar has extensive expertise in both total hip replacements and total knee replacements for arthritis of the hip and knee, respectively. As an orthopedic surgeon, he also performs surgery to treat meniscal tears, cartilage injuries, and fractures. He is certified for robotics assisted hip and knee replacements, and well versed in cutting-edge cartilage replacement techniques.
In addition, Dr. Athar is a fellowship-trained foot and ankle specialist, which has allowed him to accrue a vast experience in foot and ankle surgery, including ankle replacement, new cartilage replacement techniques, and minimally invasive foot surgery. In this role, he performs surgery to treat ankle arthritis, foot deformity, bunions, diabetic foot complications, toe deformity, and fractures of the lower extremities. Dr. Athar is adept at non-surgical treatment of musculoskeletal conditions in the upper and lower extremities such as braces, medication, orthotics, or injections to treat the above-mentioned conditions.