El hallux rigidus es una enfermedad que afecta al dedo gordo del pie, donde la primera articulación metatarsofalángica (MTPJ), la articulación donde el dedo se une al pie, se vuelve rígida y dolorosa. Esta rigidez se debe a la artritis, que a menudo es consecuencia del desgaste o de una lesión en el dedo. Esta afección dificulta que las personas caminen cómodamente, especialmente durante la fase de empuje de la marcha, que consiste en utilizar el dedo gordo del pie para impulsar el cuerpo hacia delante.
Síntomas y causas del Hallux Rigidus
Los principales síntomas del hallux rigidus son dolor, rigidez e hinchazón en la base del dedo gordo. A medida que la afección progresa, la amplitud de movimiento del dedo disminuye, dificultando la flexión del dedo hacia arriba. Esta afección suele estar causada por la artrosis, pero también puede deberse a una lesión o a un esfuerzo repetitivo. Con el tiempo, la articulación puede perder su capacidad de movimiento completo, y pueden desarrollarse espolones óseos alrededor de la articulación, contribuyendo aún más a la incomodidad.
Diagnóstico del Hallux Rigidus
El diagnóstico suele realizarse mediante una exploración física y pruebas de imagen, como radiografías. El médico evaluará la amplitud de movimiento del dedo del pie y puede pedir al paciente que realice movimientos específicos para evaluar los niveles de dolor. Las radiografías son particularmente útiles para revelar cualquier daño articular o espolón óseo que pueda estar contribuyendo a la afección.
Opciones de tratamiento para el Hallux Rigidus
Existen varias opciones de tratamiento para el hallux rigidus, que van desde las intervenciones conservadoras a las quirúrgicas. Los tratamientos no quirúrgicos tienen como objetivo aliviar el dolor y mantener la movilidad, mientras que las intervenciones quirúrgicas suelen reservarse para los casos más graves en los que han fracasado otros tratamientos.
- Tratamientos no quirúrgicos:
- Reposo y hielo: Evitar las actividades que agravan el dolor y utilizar bolsas de hielo para reducir la inflamación pueden proporcionar un alivio significativo.
- Modificaciones del calzado: El uso de zapatos con suela rígida y puntera ancha puede ayudar a reducir la presión sobre el dedo gordo, permitiendo un movimiento más fácil.
- Plantillas ortopédicas: Las plantillas hechas a medida pueden ayudar a redistribuir la presión sobre el pie y aliviar las molestias al caminar.
- Medicamentos antiinflamatorios: Los medicamentos de venta libre como el ibuprofeno o el naproxeno pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
- Tratamiento quirúrgico: Queilectomía
- Si los tratamientos conservadores no consiguen aliviar los síntomas, puede plantearse una queilectomía. Este procedimiento quirúrgico consiste en extirpar los espolones óseos y cualquier tejido dañado de la articulación para mejorar el movimiento y reducir el dolor. El objetivo es mantener la mayor funcionalidad posible de la articulación al tiempo que se eliminan los síntomas más molestos.
- La recuperación tras una queilectomía suele implicar un periodo de reposo y rehabilitación. A menudo se aconseja a los pacientes que eviten poner peso sobre el pie durante unas semanas para permitir que la articulación cicatrice. Suele recomendarse fisioterapia para devolver la movilidad y la fuerza a la articulación del dedo.
Cuidados postoperatorios y rehabilitación
Tras una queilectomía, los pacientes suelen experimentar una mejora significativa del dolor y la funcionalidad. Sin embargo, los tiempos de recuperación pueden variar. Al principio, los pacientes pueden tener que llevar un zapato o bota especial para proteger el pie mientras se cura. La fisioterapia desempeña un papel crucial en el restablecimiento del movimiento de la articulación, ayudando a los pacientes a recuperar la marcha normal y la fuerza.
Resultados de la cirugía
Aunque la queilectomía puede aliviar el dolor y mejorar la movilidad articular, es importante tener en cuenta que la intervención no revierte la artritis subyacente. Algunos pacientes pueden experimentar una reaparición de los síntomas con el tiempo, especialmente si la artritis sigue progresando. Sin embargo, la mayoría de los pacientes informan de una mejora significativa de su calidad de vida, con menos dolor y una mejor función del dedo, lo que facilita la realización de las actividades cotidianas.
Conclusión
El hallux rigidus es una afección que puede afectar gravemente a la capacidad de una persona para caminar cómodamente. La queilectomía puede ser un tratamiento eficaz para quienes sufren dolor y rigidez importantes en el dedo gordo del pie, permitiéndoles mantener un estilo de vida más activo. Como ocurre con cualquier intervención quirúrgica, es importante comentar todas las opciones de tratamiento con un profesional sanitario para determinar el mejor enfoque en función de la gravedad de la afección y el estado de salud general del paciente.
Al conocer la enfermedad, sus síntomas y los tratamientos disponibles, los pacientes pueden tomar decisiones más informadas sobre su atención y adoptar medidas para mejorar su movilidad y calidad de vida.
¿Tiene más preguntas?
Q. ¿Qué es el Hallux Rigidus?
A. El hallux rigidus es una afección que causa rigidez y dolor en la articulación de la primera metatarsofalángica (MTP) del dedo gordo del pie debido a la artritis o al desgaste, lo que provoca dificultad para doblar el dedo, especialmente al caminar o correr.
Q. ¿Qué es una queilectomía?
A. La queilectomía es una intervención quirúrgica que se realiza para tratar el hallux rigidus, en la que se extirpan los espolones óseos y el tejido dañado de la articulación para mejorar la amplitud de movimiento y reducir el dolor.
Q. ¿Cuándo se recomienda la queilectomía?
A. La queilectomía se recomienda en pacientes con hallux rigidus moderado en los que han fracasado los tratamientos no quirúrgicos y es necesaria la cirugía para aliviar el dolor y mejorar la movilidad del dedo gordo.
Q. ¿Cómo se realiza una queilectomía?
A. El procedimiento consiste en realizar una incisión sobre la articulación, eliminar los espolones óseos y limpiar la articulación. Esto ayuda a reducir el dolor y aumenta la capacidad de movimiento del dedo.
Q. ¿Qué ventajas tiene la queilectomía?
A. Los principales beneficios son el alivio del dolor, la mejora de la movilidad articular y el restablecimiento de la capacidad para realizar actividades normales, especialmente caminar, sin dolor en el dedo gordo.
Q. ¿Cuál es el proceso de recuperación tras una queilectomía?
A. La recuperación suele implicar reposo y el uso de un zapato especial durante varias semanas. Puede recomendarse fisioterapia para recuperar la movilidad, y la mayoría de los pacientes reanudan sus actividades normales al cabo de unas semanas.
Q. ¿Cuáles son los riesgos de la queilectomía?
A. Los riesgos incluyen infección, lesiones nerviosas, reaparición de los síntomas y limitación del movimiento si la cirugía no aborda completamente la artritis subyacente. Sin embargo, estas complicaciones son poco frecuentes.
Q. ¿Puedo volver a hacer deporte después de una queilectomía?
A. La mayoría de los pacientes pueden volver a realizar actividades de bajo impacto en pocas semanas, mientras que los deportes de alto impacto pueden reanudarse al cabo de 3 a 6 meses, dependiendo del progreso de la curación y de la recuperación individual.
Q. ¿Cuánto dura la queilectomía?
A. El procedimiento suele durar entre 30 y 60 minutos, dependiendo de la gravedad del hallux rigidus y de si se requieren procedimientos adicionales durante la cirugía.
Q. ¿Tendré que llevar una escayola después de la queilectomía?
A. Después de una queilectomía no suele ser necesaria una escayola. Sin embargo, es probable que tenga que usar un zapato especial después de la cirugía o de arranque durante unas semanas para proteger el dedo del pie y asegurar la curación adecuada.
Q. ¿Se puede realizar una queilectomía en ambos pies al mismo tiempo?
A. Aunque es posible realizar la cirugía en ambos pies, generalmente se recomienda tratar un pie cada vez para permitir una cicatrización óptima y reducir el riesgo de complicaciones.
Q. ¿Sentiré rigidez después de la queilectomía?
A. Después de la intervención quirúrgica puede aparecer cierta rigidez, pero la fisioterapia y la rehabilitación suelen ser eficaces para devolver la movilidad y la flexibilidad al dedo.
Q. ¿Es la queilectomía una solución permanente para el Hallux Rigidus?
A. Sí, la queilectomía puede ser una solución a largo plazo para tratar el hallux rigidus, especialmente en los casos leves a moderados. Sin embargo, en los casos graves, puede ser necesaria otra intervención quirúrgica, como la fusión o la sustitución articular.
Q. ¿Puede la queilectomía tratar todos los casos de Hallux Rigidus?
A. La queilectomía es más eficaz en los casos leves a moderados de hallux rigidus. En casos avanzados en los que el daño articular es más extenso, pueden ser necesarios procedimientos alternativos como la fusión articular o la sustitución total de la articulación.
Q. ¿Cuándo puedo conducir después de una queilectomía?
A. La mayoría de los pacientes pueden conducir en el plazo de 1 a 2 semanas después de la intervención, siempre que ya no tomen analgésicos narcóticos y hayan recuperado la movilidad suficiente para conducir un vehículo con seguridad.
Q. ¿La queilectomía cambiará el aspecto de mi pie?
A. La cirugía está diseñada para aliviar el dolor y mejorar la función más que para alterar la apariencia del pie. Aunque puede haber ligeros cambios en la forma de la articulación, el objetivo principal es restaurar la función y reducir el dolor.

Dr. Mo Athar